Vigésimo segundo Domingo del Tiempo Ordinario
Reflexionando Sobre Lucas 14:1,7-14
Hace varias temporadas de verano me recuperaba de una cirugía de mis cuerdas vocales y por toda una semana no pude hablar. Un domingo en la tarde salí a caminar y me entró pánico cuando me di cuenta que se me había terminado el agua y aún me faltaba una milla para llegar a la casa. Una de las iglesias cercanas estaba auspiciando un picnic ‘Conoce a Tu Vecino’ con la idea de que se conocieran todos los que vivían y pasaban por allí. Me dije: ¡Ah, gracias mi Dios! Aquí podré tomar un poco de agua hasta llegar a casa.
El jardín estaba lleno de feligreses, muchos ayudando a servir limonada y repartir galletitas junto con información sobre los horarios de servicios. Como yo no podía hablar, sonreí y señalé mi botella de agua vacía. Que dolor sentí al recordar la indiferencia de todos, lo recuerdo muy claramente todavía. Uno de los voluntarios dio un paso atrás, aún sonriendo, y se alejó. Nadie hizo contacto visual conmigo, tal vez porque era la única extraña, toda sudada, sin poder hablar y señalando mi botella de agua vacía. Por lo visto yo les daba miedo, o al menos era claro que yo no era el tipo de persona que esperaban atraer con su evento.
¡Pero soy ALGUIEN, alguien importante! ¡Soy una cantante! ¡Ahorita no puedo ni hablar, pero en unos me recupero! ¡Estaré nuevamente en la cima! ¿Pero sabes qué? Ese día nunca llegó.
¡Cuanto me alegro de haber experimentado de primera mano, lo que muchos pasan al llegar a nuestras iglesias, sin presentación, sin conexiones, pero con una pequeña esperanza de que alguien se dará cuenta y los saludará. Los “últimos” son en realidad AQUELLOS que como nosotros fueron “primeros” y que de seguro algún día lo entenderán.
Compartiendo la Palabra de Dios en el Hogar:
¿Qué experiencias de “primero” y “último” han moldeado tu vida?
Y TÚ ¿qué opinas sobre esta pregunta ó sobre las lecturas de hoy, ó sobre las columnas del año pasado? ¡Las conversaciones sagradas están encendiendo el fuego de Pentecostés!
Inscríbete hoy mismo y únete a la conversación.
Yo he venido para echar fuego sobre la tierra; y ¡cómo quisiera que ya estuviera ardiendo! (Lucas 12:49)
Traducido por: Wendy Feliz
Kathy McGovern © 2014-2015
No hay comentarios to “Vigésimo segundo Domingo del Tiempo Ordinario”